domingo, 9 de septiembre de 2007

2. La nueva dimensión de mi sonrisa

Eszter comiendo un pan con manteca, 1974¡Ufa! Ya llevo no sé cuánto tiempo acá adentro. No se está tan mal, pero ya me empiezo a aburrir un poco... ¡si lo único que tengo para jugar es este cordón umbilical que ya me tiene un poco cansado!, y escuchar lo que pasa ahí afuera...

Menos mal que mi Mamá me habla y me explica cosas, mientras me acaricia desde fuera con su mano suave, que de tan suave y cálida, la siento como una cosquillita. También mi Papá viene a veces y me habla, me pregunta cosas, a las que yo solo puedo responder mediante golpes: un golpe es sí, dos golpes es no. Pero por las risas y lo que dicen luego, me parece que no me entendieron el código, aún peor... ¡lo entendieron exactamente alrevés!

Ella me cuenta que cuando era chica le encantaba que le preparasen pan con manteca cuando iba con su familia a pasar el día al lado del agua.

Yo los escucho charlar y reirse, sé que me esperan con ansias y que me quieren mucho. A veces exageran con los proyectos y planes que tienen para mí. Yo creo que hasta me quieren apurar un poco, a sí que en algún momento les tendré que poner las pilas: conmigo, tranquis, que tengo todo el tiempo del mundo para crecer.

Esztercita embarazada de seis mesesMi Mamá está hermosa luciendo su pancita donde me guarda y proteje. Paso los días nadando y rodando en mi bolsa de agua. Cuando son las 2 de la tarde, hora del almuerzo, le doy algunas pataditas para avisarle de que ya es hora, entonces abro grande la boca para comer las ricas frutas, pancitos y quesos que ella me va pasando. Mi Mamá me cuida mucho, dice que es muy importante lo que come porque de eso mismo es de lo que me alimento yo. Les oigo hablar de algunas cosas misteriosas que no puedo comer, y que le escucho comer al atorrante de mi Papá, algo que le dicen chocolate... Ya veré de qué se trata cuando salga, y si es para tanto como dicen. Por las tardes escucho los pájaros cerca, mientras Mamá descansa y "lee", algo que hace quietecita.

Pero insisto: ya me estoy aburriendo un poco, no hago más que crecer y crecer, voy aprendiendo lo que escucho del mundo exterior a través de la panza de Mamá, y este cordón umbilical que al principio me parecía tan divertido ya me fastidia un poco.

Eszter y GeryAquí dentro la temperatura es siempre la misma (por suerte), pero dicen que afuera pasó el verano. Yo sentí la presencia en la casa de unas visitas, una voz suave que entiendo que era el papá de mi Mamá, o sea, mi Abuelo Antal. Y también había otra voz, la de mi primo Gery, que me transmitía mucha paz y tranquilidad también, jugaba con Mamá al león y la gacela, la abrazaba, le demostraba un poco lo que sería mi llegada a la casa. A mí me pareció bien, para que se preparen y se hagan una idea más o menos de lo que será estar conmigo. Claro que será diferente, cada cual es como es, y a Gery lo conoceré algún día en persona. Lástima que no podré jugar con él, porque a su edad ya no pensará en juegos y mucho menos con niños... igual haremos una buena amistad.

Hay días en que me llevan a un lugar especial, donde tienen máquinas y aparatos para controlarme. Yo sé que lo hacen con la mejor intención, pero... ¡dónde está mi privacidad! Me dan vueltas alrededor con una cámara registrando todo lo que hago o dejo de hacer. Resisto hasta donde puedo, y luego me resigno pensando "es el precio de la fama".

Aquí tienen mi último video lanzamiento, en que hago gracias como abrir enorme la bocaza para tragar o bostezar, sonreir por lo feliz que me siento con los papis tan buenos que me tocaron en suerte, y rascarme la frente con el dedo gordo del pie (acrobacia que seguramente ninguno de ustedes puede hacer). Lástima que, todo el tiempo, el cordón umbilical se interpuso entre mi cara y la cámara, arruinándome un poco mis facciones con unas manchas raras... no es más que mi juguete, el dichoso cordón.


Ecografía 4D a las 27 semanas
(17 de agosto de 2007)
[duración: 5'40'']

Para los más exigentes: haciendo doble click sobre el video, se abre otra ventana (youtube) donde se puede ver a pantalla completa.
Es necesario detener la reproducción del video del blog para que no se interpongan las músicas.



Eszter y Carlos en Pineda, agosto 2007La verdad que a veces me pongo un poco impaciente yo también, me dan ganas de salir y descubrir cómo son las caras de mi Mamá y de mi Papá, cómo es ese mundo lleno de ruidos de ahí afuera. De mi Mamá escucho su fuerte corazón desde que tengo uso de memoria, y su voz dulce; de mi Papá escucho su voz y me hace reir con las pavadas que dice, siento su cabezota pegada muy cerca mío que busca escuchar mi corazón, hasta que me cansa y le doy un par de pataditas en la oreja para que se vaya. Ellos me dicen que espere, que me tengo que desarrollar bien antes de salir... ¡pero si solo me quedan los pulmones, el resto ya está todo de luxe! En fin, yo sé que lo dicen porque me quieren mucho, lo siento y lo sé, y sé también que soy un bebé muy afortunado por mi Mamá Eszter y mi Papá Carlos que tengo. ¡Ah! Casi me olvido, por si no lo sabían... mi nombre es Alessandro.


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